viernes, 24 de octubre de 2008

El "porque" de mis ojos

Todo estaba quieto, desde las blancas nubes hasta la más pequeña hoja del árbol que se encontraba a mi lado. Su sombra estaba quieta porque el viento estaba quieto, la luz estaba quieta porque el sol estaba quieto. Y el tiempo ya no seguía en su regular paseo, los segundos ya no corrían como lo hacen siempre, mirando hacia atrás a los minutos trotadores, mientras las lentas y viejas horas caminan pacientemente, sabiendo que en un ratito más, los segundos ya las estarán saludando cortésmente como siempre lo han hecho. No, ni el tiempo estaba inquieto. Solo quedaba la laguna quieta, mi quieto reflejo y yo.
Veía mi reflejo a orillas de esta, me veía a mi mismo, pero a la vez no veía a nadie. Mis ojos no mostraban mayor expresión que la indiferencia. Empecé a pensar y pensar porque mis ojos no mostraban nada. No tenía ninguna respuesta. No la podía encontrar, era imposible. Mi corazón se puso triste y no tubo otra idea más que llorar. Y a mis ojos les dio pena al ver mi corazón angustiado y decidieron acompañarlo en su llanto. Y una lágrima de pequeño tamaño cayó por los aires quietos y llego hasta la laguna quieta y deformó mi quieto reflejo, formó ondas, las cuales se expandieron por toda la laguna rompiendo la quietud del ambiente. El viento sopló y las hojas del árbol se movieron mientras la sombra inquieta de este me cuidaba de los fuertes y calurosos rayos del potente sol que brillaba esplendido en lo alto del cielo mientras que su luz viajaba inalcanzable por todas partes.
Ahi entendí el porque de mis ojos... son el reflejo de lo que siente mi corazón.

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