Eran las tres de la tarde, mientras un hombre veía con interes un cuadro bastante peculiar. En este se acerca un tipo, se para al lado y dice :
- ¿ De quién es el destino que usted ve con tanto esmero?-
- ¡ Oh! Disculpe, no lo había visto. Este cuadro es el destino de mi hermano menor. No es muy alentador como usted puede observar- dijo el hombre sin perder de vista el cuadro - ¿Usted ha visto su destino? -
- Si, lo he visto, esta en la sala cinco- Dice bajando la vista, mientras una nube le oscurece el pensamiento.
- No puede ser tan malo, ¿ o si? - Esta vez el hombre despega la vista por primera vez del cuadro para mirar al tipo con mirada conciliadora.
- Pena de muerte-
- Mmm, si, es una buena razón para deprimirse, lo lamento- Dice, mientras piensa arrepentido "Mejor no digo nada"- Por favor, acompáñeme a ver mi destino si es muy amable, está en la sala veintiuno. No me gustaría estar solo cuando lo vea, quizás sea algo que no me habría gustado ver solo.
- Con mucho gusto, son pocos los que dejan mostrar sus destinos a un desconocido, es un gran honor-
Ambos empiezan a caminar lentamente discutiendo sobre el posible destino que tendría el hombre. Uno decía que iba a ser penoso, el otro comentaba que podría ser algo más tranquilo, para que angustiarse tanto.
Varios meses después...
-Traigan al acusado - Dice el juez, mientras Constantino Montalba caminaba con la frente en alto, pensando "Te dije que tu final iba a ser penoso, y pensar que no tenías nada en la billetera, que no tenías ninguna llave de auto y ni siquiera un anillo de matrimonio. Ahora por tu culpa tendré la pena de muerte"
miércoles, 17 de diciembre de 2008
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