viernes, 2 de enero de 2009

Objetivo casi logrado

Vemos como la esperanza se nos escapa de las manos, creamos la inconsciencia y dejamos escapar los últimos suspiros de nuestras almas.

Siempre andamos con nuestros ruegos impacientes, pero nunca sabemos a quien recurrir mientras nuestras mentes se sienten satisfechas por creer que nuestras voces son escuchadas y que nuestras exigencias obligan al mundo a cumplir con promesas que nunca fueron dichas.

Cada día veo el ocaso del hombre, destino que el mismo se figuró deformando la realidad para alcanzar sus objetivos egoístas. De esta forma, llega algo que para muchos corrompidos suele ser una especie de salvación, unos la esparcen mientras otros la obtienen y así pueden ver como llega un final precoz, saturado de dolor.

Todos trabajan para el mismo bando, obedeciendo las leyes que no fueron necesariamente escritas en una constitución, pero aún así la gente las respeta como si la justicia castigara por no cumplirlas.
Todo apunta a un mismo final. Todo apunta al objetivo que el hombre se formó sin siquiera pensarlo, convirtiendolo en su destino. Todo apunta a una ley...



Todo apunta a la muerte.

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