martes, 24 de febrero de 2009

Incendio

Angustia se forma en la mente del ser. Llamas enardecidas y rojas parecieran el universo del humano en esta clase de temibles momentos.
Tigres furiosos y voraces, forrados de fuego, rasgan, destruyen, devoran comen sin saciar su sed de destrucción.
Corren, lloran, gritan o simplemente se quedan parados, o tirados, o asfixiados o simplemente muertos.
Heroes entran y salen. Fieles guerreros contra las llamas arriesgan sus vidas, combatiendo hasta el cansancio, hasta el más no poder, mientras el fuego continua su labor.

Juega con tu mente

Imagina...
Caes por el precipicio. Un solo suspiro inunda con su eco todo tu entorno.
Ves el abismo por debajo tuyo, mientras el viento te sopla en la cara, impidiendote respirar bien.
La oscuridad te rodea mientras volteas la cabeza y vez como los rayos de luz se escapan de tus ojos.
No quieres gritar, el ambiente no te lo permite. Cada ruido que emites se queda atrás tuyo.
Sientes que la caida no tiene fin. Pero a la vez tienes miedo del momento en que te estrelles.

Ahora han pasado tres días desde que caíste al precipicio.
Ya puedes ver en la oscuridad. Te acostumbraste al aire denso. El viento apenas te hace cosquillas. La luz solo te molestaría. Pero, la soledad no te permite estar tranquilo. El hecho de que hayan pasado tres días desde que empezaste a caer amplifica tu miedo por estrellarte, en cualquier momento podrías sentir el choque. Los nervios no te dejan tranquilo, es como si te comieran por dentro.

Han pasado cinco días desde tu caída.
Empiezas a ver imagenes. Podría decir que hasta ya tienes un amigo imaginario. La soledad no te permitió estar tranquilo.
Te resignaste a tu muerte por estrellarte. Tienes demaciada hambre, pero por alguna extraña razón no te has muerto aún.

Han pasado siete días desde tu caída.
Cumpliste una semana. Empiezas a pensar en que harías para cuando cumplas un mes, un semestre, un año... ¿Una fiesta con todos tus amigos imaginarios?, sería ideal, al fin y al cabo, son los únicos que te estan acompañando.

Han pasado diez días desde tu caída.
Extrañas demaciado a tu familia. Para consolarte empiezas a cantar una canción.
Gritas para poder escuchar un indicio de tu voz, la cual retrasa sin poderte siquiera alcanzar los talones.
Derramas lágrimas que acompañan a tu perdida voz.

Han pasado quince días desde tu caída.
Tu ...

...

Han pasado veinte días desde tu caída.

...

sábado, 21 de febrero de 2009

Letras entre un pentagrama

Una canción quiere escapar de mi corazón a mi boca. Una timida orquesta se crea con mi mente, mientras mi voz interpreta una canción medio adormecida.
Cada vez más fuerte se empieza a escuchar la musiquita, hasta que estalla en mi cabeza, y mi boca ya no puede parar lo que la hace tan feliz. Canta, canta y canta.
Llena las calles, el mundo entero, desde el suelo a la luna.
Una sonrisa de optimismo brota de mi ser y canto más fuerte. Le robo tristeza a mi entorno, contagio alegria.
Grito una rima tras otra. Despreocupado salto, corro, grito, mientras lágrimas brotan de mis ojos y una carcajada interrumpe mi canción.
La risa brota entre el pequeñisimo espacio que hay entre la melodía y la letra de la canción. Un espacio creado para el sentimiento, para que todo aquel que escuchase esa canción la llene con el lo que le plazca.
Continúo mi camino hasta que se acaba la canción.
Vuelvo a empezar.

jueves, 19 de febrero de 2009

Una carta para mi persona

Mientras el sol se esconde para regalarnos un atardecer que nos prepara el camino a las estrellas, me pongo a pensar en cuantas cosas pasan en la vida, pero como no conozco la vida de los demás como para pensar en la vida de ellos, simplemente pienso en la mía.
Cuantos hechos me ocurren, locuras que solo escapan de noche y corduras que se quieren encerrar cuando el momento no es conveniente.
Escribo textos que no merecen ser leídos y los que si lo merecen simplemente no los leo.
Perdones pasan delante mio y yo los rechazo, mientras yo no siembro nada, nadie puede tomar nada, porque nada es lo que siembro, nada recojo y nada cosecho.
Conversaciones con sentido tengo con personas que no conozco (se me escapan las palabras), mientras que a las que conozco simplemente las palabras no quieren salir a tomar el sol.
Una vida en un mundo al revés parece lo normal, y yo estoy al reverso del reverso del revés, me adecúo y a la vez simplemente no soporto nada.
Estoy loco.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Luto

Resuenan las campanas en cierta lúgubre iglesia, donde no hay nadie con el ánimo de escuchar, mientras tiernas gotas de lluvia intentan consolar a los desdichados.
Pasos caminan despreocupados de algunas cosas y preocupados de otras. Manos afirman el cajón con cuidado, zapatos pisan charcos enlodados.
Piedras y maleza dibujan un sendero ruinoso, maltratado por los martillazos del tiempo, agrietando piedras, carcomiendolas creando pequeños obstaculos para los caminantes.
De esta forma llegan a destino, donde un hombre abre un libro y todos los demás parecen estar presentes, pero sus mentes buscan la forma de encontrar el camino que los lleve al recién partido.
Las gotas terminan de acariciar los negros atuendos, se cierran los paraguas y cada uno vuelve a casa, esperando que todo hubiese sido tan solo un sueño.

lunes, 16 de febrero de 2009

La odisea de un supuesto antagonista

Errante por sendas que solo sirven para la vida bohemia.
Pasos oscuros se escurren en callejones que pocos quisieran conocer mientras otros pasean despreocupados bajo luces opacas dentro de una noche que no conoció estrellas ni luna (yo los llamo "compañeros")
Viejos adoquines conforman mi andar, veo mis pies como se mueven cada uno a la vez, en un juego casi sincronizado como si estuviesen acabando una carrera que solo tiene fin cuando yo desaparezca de un mundo que no me supo comprender.
Mi vida es bohemia, porque solo ojos nocturnos acostumbrados a la oscuridad pueden ver el andar de un ser de las tinieblas, de aquel que no supo vivir en el mundo supuestamente civilizado, de aquel que fue al lado oscuro de su vida para iniciar una odisea que solo tipos como yo pueden comprender: lograr desaparecer del mundo la escoria que lo empeora, lograr destruir al ser humano.

Luces rojas y azules se encienden tras de mi, es hora de escapar.